Creatividad: un ejercicio diario que transforma tu vida

"¿De dónde viene tanta creatividad?"

Es una pregunta que escucho constantemente. Y la verdad es que, aunque parezca algo natural, mi creatividad no es un talento misterioso, sino el resultado de un hábito diario.

Es un músculo que he aprendido a ejercitar cada día, como quien va al gimnasio y a veces nos da pereza en hacerlo.

Mi rutina diaria para trabajar comienza con algo que puede parecer trivial, pero que tiene un impacto inmenso en mi capacidad creativa: armar mis looks.

Para mí, vestirme no es solo una cuestión de estética o funcionalidad; es un acto creativo. Combinar colores, texturas, prendas y accesorios es un espacio donde pruebo, me equivoco, corrijo y mejoro.

Al hacerlo, mi mente se expande. Este simple hábito de exploración diaria alimenta mi creatividad y me prepara para afrontar otras actividades con una mentalidad abierta e innovadora.

La creatividad es así: no nace perfecta ni fluye sin esfuerzo.

Es un proceso, a veces caótico, lleno de ensayo y error. Cada error es una lección, y cada intento es una oportunidad para aprender algo nuevo.

A menudo escucho que "no soy creativo" o "no tengo esa habilidad", pero estoy convencida de que todos lo somos. La creatividad no pertenece solo a quienes trabajan en áreas artísticas o innovadoras. Es una capacidad humana que todos tenemos y que podemos desarrollar si encontramos formas de ejercitarla.

Pero, como cualquier otro músculo, requiere constancia. Así como puede ser difícil salir de la cama para ir al gimnasio, también puede costar esfuerzo activar la creatividad, especialmente si no lo has hecho en mucho tiempo.

La clave está en encontrar actividades cotidianas que te conecten contigo mismo y te permitan explorar. Tal vez no sea armar looks, pero podría ser cocinar, decorar tu espacio, escribir, tomar fotos o incluso planificar una reunión de forma diferente.

Tres formas prácticas de ejercitar la creatividad en tu día a día

1. Explora combinaciones inesperadas: Ya sea en la ropa, en la cocina o en el trabajo, prueba mezclar cosas que normalmente no irían juntas. Un look audaz, una receta nueva o una idea poco convencional pueden abrir puertas a nuevos caminos creativos.
2. Cambia tu rutina: Haz algo diferente cada día, aunque sea pequeño. Toma una ruta distinta para ir al trabajo, escucha un género musical nuevo o intenta escribir con la mano no dominante. Estos pequeños cambios estimulan tu cerebro y te sacan del piloto automático.
3. Dedica tiempo a crear sin propósito: Muchas veces asociamos la creatividad con lograr un objetivo o entregar un resultado. Pero dedicar 10-15 minutos al día a algo creativo sin presión (dibujar, escribir, bailar, etc.) te permite explorar sin miedo a equivocarte.

La creatividad es un recurso infinito que puede transformar no solo tu vida profesional, sino también tu día a día.

Encuentra tu forma de ejercitarla y te prometo que descubrirás herramientas que ni siquiera sabías que tenías.

Porque sí, todos somos creativos, y el secreto está en dar el primer paso para desbloquear ese potencial.